SITUMA está abiertamente en contra de la situación actual a la que se está viendo sometida la educación superior: subidas de tasas y recortes de becas para alumnos, recortes retributivos, merma de plantillas, aumento de jornada laboral y pérdida de vacaciones, asuntos propios, etc.
Ahora, además, nos encontramos con el nuevo Decreto del «3+2» con el que tampoco estamos de acuerdo ya que:
- Permitirá que haya grados de tres años que se completarán con másteres de dos años, sensiblemente más caros que los grados.
- Se encarecerán los títulos universitarios por lo que los nuevos grados van en detrimento de la «igualdad de oportunidades».
- Los grados deben garantizar la inclusión en el mercado laboral y esta reforma «está en contra» de ese principio.
- Pondrá en peligro y provocarán algunas pérdidas de puestos de trabajo, así como económicas para las universidades públicas.
- La Universidad se verá «obligada» a iniciar una carrera competitiva a ver qué master más exclusivos es capaz de dar para captar clientes y luchar con la competencia, lo que conlleva «privatización».
Y ésto no sólo queda aquí, ya que además de este decreto, en breve, se espera la aprobación de otros dos reales decretos que modificarán los requisitos para la creación de centros y universidades, así como el sistema de acreditación del profesorado universitario funcionario, fundamental para el acceso a la profesión docente e investigadora.
SITUMA también manifiesta que la huelga es un derecho personalísimo de cada trabajador y por ello respeta el derecho individual a la huelga y a trabajar, por lo que apoyaremos, tanto a los compañeros que decidan ejercer el primero como a aquellos que decidan optar por el segundo, siendo ambas posturas totalmente legítimas. Desde aquí pedimos a los piquetes informativos del resto de sindicatos, que ejerzáis el derecho a informar siempre desde el respeto hacia vuestros compañeros.
Es curioso. Viajando hace ya unos 15 años vi que en Perú, Chile, Colombia, Panamá, Nicaragua, etc, los profesores de las universidades públicas tenían una gran precariedad debido a la poca inversión pública y al negocio de las «Universidades Garaje» (tal como llamaban allí a las universidades privadas).
El resultado era que cada semana daban clase en una media de 4 o 5 universidades privadas incluso en varias provincias vecinas además de en la pública para completar el sueldo.
En esa época eso era impensable en España porque todos sabían que los sueldos de las privadas eran miserables y la carga docente abusiva. Sin embargo esta reforma está preparando precisamente ese escenario.
Está claro que la forma de convencer al profesorado para que quiera dar clase en el lucrativo negocio privado que se avecina (vease inversores diseñando universidades en función de la rentabilidad) es torpedeando la universidad pública para echar a un porcentaje importante de la plantilla y que no tengan otra salida que entrar en las universidades privadas. Primero vino la congelación de la carrera docente para evitar que se consolidaran más funcionarios con protección laboral y ahora la reducción de la carga docente.
Pero no se preocupen. Si falta profesorado para el negocio o se van a otro país en lugar de quedarse en condiciones miserables, el siguiente paso es desproteger al profesor funcionario, o una bajada salarial acompañada de una generosa ley de compatibilidades que permita trabajar en universidades privadas para completar el sueldo.
Otra cosa es si la productividad científica de esa masa de profesorado condenada a galeras (universidades privadas donde la productividad del docente se mide en mínimo profesorado posible) va a brillar y levantar el potencial tecnológico y económico de este pais.
Saludos.